Sánchez y su casta política: acumulación de cargos en contra de los estatutos del PSOE

En la dictadura sanchista, las normas están para incumplirse. La casta política que rodea al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha convertido en habitual lo que los Estatutos del PSOE establecen como excepcionalidad

Noticias28 de enero de 2025Noticias de ImpactoNoticias de Impacto
clientelismo-sanchez
En la dictadura sanchista

En la dictadura sanchista, las normas están para incumplirse. La casta política que rodea al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha convertido en habitual lo que los Estatutos del PSOE establecen como excepcionalidad: la duplicidad de cargos.

Este incumplimiento flagrante refleja el verdadero rostro del socialismo actual, que, lejos de preocuparse por los ciudadanos, opera con un único objetivo: garantizar el poder y los privilegios de unos pocos.

Los estatutos que Sánchez ignora
Los Estatutos del PSOE, aprobados en el 39º Congreso Federal, establecen de forma clara que la duplicidad de cargos, tanto orgánicos como públicos, debe ser una excepción.

La disposición adicional cuarta estipula que “los afiliados y afiliadas no podrán desempeñar simultáneamente más de un cargo institucional o público de elección directa”. No obstante, bajo el gobierno de Sánchez, esta regla se ha convertido en papel mojado.

El texto también deja claro que “será incompatible simultanear un puesto en las ejecutivas insulares, regionales o de la Comisión Ejecutiva Federal”. Además, la normativa interna asegura que los cargos públicos requieren dedicación exclusiva. Sin embargo, estas limitaciones no han impedido que destacados miembros del PSOE acumulen cargos de forma descarada.

El club de los privilegios
Entre los más señalados está la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien, además de sus funciones gubernamentales, ostenta los cargos de vicesecretaria general del PSOE federal y secretaria general del PSOE de Andalucía.

Este caso es particularmente escandaloso, ya que Montero no solo ocupa el número dos del partido a nivel nacional, sino que también lidera la federación más grande de la organización.

Por su parte, Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz del Gobierno, también viola flagrantemente los estatutos. Actualmente, simultanea sus funciones ministeriales con los cargos de secretaria general del PSOE en Aragón y miembro de la Ejecutiva Federal.

El listado de ministros con duplicidad de cargos incluye también a Óscar López, Diana Morant y Ángel Víctor Torres, quienes ocupan secretarías generales en sus respectivas regiones (Madrid, Comunidad Valenciana y Canarias) mientras ejercen funciones gubernamentales que, en teoría, requieren dedicación exclusiva.

Incluso la presidenta del Congreso, Francina Armengol, de quien se espera una supuesta neutralidad institucional, ostenta simultáneamente el liderazgo del PSIB en Baleares, en clara contravención de las normas internas del partido.

En la Ejecutiva Federal también hay dos personas, el presidente del PSPV y secretario de Política Federal, Alejandro Soler, y el nuevo secretario general del PSOE de Murcia y secretario de Reforma Constitucional y Nuevos Derechos, Francisco Ayala, también ocupan dos cargos orgánicos en contra de los Estatutos.

El líder que predica con el ejemplo (del incumplimiento)
El ejemplo más representativo de esta hipocresía lo da el propio Pedro Sánchez, quien acumula el cargo de presidente del Gobierno, secretario general del PSOE y presidente de la Internacional Socialista, lo que no deja de ser una muestra de cómo Sánchez y su círculo cercano anteponen sus ambiciones personales al cumplimiento de las normas y la transparencia.

Mentiras y clientelismo: el modus operandi del sanchismo
Lo que ocurre en el PSOE bajo el liderazgo de Pedro Sánchez no es casualidad, sino parte de un modus operandi que ha sido diseñado para garantizar la lealtad absoluta de su círculo más cercano. La duplicidad de cargos permite a Sánchez reforzar su control sobre el partido y el Gobierno, premiando a sus colaboradores con puestos adicionales y eliminando posibles rivales internos.

union-general-trabajadoresEl Gobierno pagará con 5,3 millones de euros públicos la reforma de la sede de UGT

Este esquema no solo refleja un desprecio por los propios estatutos del partido, sino también una falta de respeto hacia los ciudadanos que esperan que sus representantes trabajen con dedicación exclusiva en los cargos para los que han sido elegidos.

El clientelismo político no es algo nuevo, pero bajo el sanchismo ha alcanzado nuevas cotas. Los informes que justifican estas excepciones nunca se han hecho públicos, lo que aumenta las sospechas sobre la transparencia y la legitimidad de estas decisiones.

Los ciudadanos, los grandes perjudicados
Mientras Sánchez y sus aliados disfrutan de múltiples privilegios, los ciudadanos quedan relegados a un segundo plano. En lugar de preocuparse por los problemas reales de la sociedad española, como el desempleo, la okupación, la corrupción interna, la crisis económica o la creciente inseguridad, esta casta política dedica su tiempo a repartirse cargos y beneficios.

El PSOE actual no es el partido de los trabajadores ni de las clases populares. Es el partido de una élite que ha perdido todo contacto con la realidad y que solo se preocupa por perpetuarse en el poder.

El sanchismo no es más que un sistema de mentiras y privilegios. Predican una cosa en los estatutos, pero en la práctica hacen exactamente lo contrario. Han traicionado los principios de transparencia y dedicación exclusiva que tanto predican y, en su lugar, han instaurado un régimen de clientelismo y opacidad.

Te puede interesar
Lo más visto

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email