DICES TÚ DE PATAS, PETAS, PITAS, POTAS Y PUTAS

Hay que ver lo mal que está sentando en ciertos sectores del rojerío patrio el ‘destape’ del putiferio político-rojucio-colorao. Parece que esa depravada y libertina tradición en ciertos ambientes de golfería, vicio y excomunión, la ha liado parda y muy señor mío.

Que de secreto no tenía nada. Al contrario, era vox pópuli tal querencia del partido ‘sosioliso’ al amor previo pago con todo lujo de complementos nasales. Y ahora nos salen que solo eran tres o cuatro tipos engolfaos. Menos mal, porque si llega a ser normativa general asamblearia, las arcas del estado se habrían quedado más peladas que una borrega en el mes de agosto. Y de hecho lo están. ¿Por qué será?

A poco que te metas con los coloraos, sacan sus hordas empesebradas a hacerte la puñeta. Pero nunca de frente y dando la cara, qué va, van a lo rastrero, trasero, buscándote la vuelta de manera puerca y cobarde en plan vendetta. Es tan típico de la Cosa Nostra, tan evidente en ciertos ambientes de gentuza, sinvergüenzas y mala ralea. Con eso podéis haceros una composición de lugar del ganao’ que nos gobierna.

Que si dejas en evidencia a algún gerifalte engolfao’, tan dado al vicio y la corrupción más barriobajera, no tengas duda que mandará un pelotón suicida tras tus pasos para ajustarte bien las cuentas, las suyas, por haberte salido de la fila los borregos.

Por tener la osadía de mentar siquiera la bicha en casa del gitano. O de la paisana, aquella que quedó marcada por mor del señorito de aquel pueblucho de mierda, que llegó tan alto en el escalafón de los miserables gracias al parné de sus papis, papitos, papis… ¡Habemos ganao, ceñorito!

Ay!, la Omertá, el silencio de la Mafia, qué bonito es el silencio de tener la boca cerrada y no hablar de putas en la sede los sociatas. Por qué será? Porque si ninguno se hubiera hecho la maratón del carajo, club arriba, club abajo, no habría lugar al destape, verdad?

Pero, amigos, as, les tiras por bajo y entran al trapo, pero callados como putas en cuaresma, ellos, los amos, que para eso ya están sus lacayos: comenabos, mamachurros, lamegüevos, y otros temas de ‘profundo’ calado patrio.

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Daría gusto verlos preparando la celada, mascullando entre las sombras, dándole a la zambomba mental, organizando sus tretas y puñaladas por la espalda. De asco, asquito, pero asco del bueno, pata negra, ¿pero cómo pijo se puede ser tan arrastrado?

Patas pa’ salir corriendo como cobardes. Petas, jorobas del Notre Mame, que les descuelgan sus sucias almas. Pitas, sogas, para colgarlos de los cataplines y dejarlos así en medio de las plazas. Potas, calamares, pulpos y garrapatas para liarse de Putas, y lo que haga falta, con las perras de las masas.

Voy de corto, en corte certero, porque si me estiro igual digo algo más grosero. Y no quiero, ni debo, que mis entrañas no son tan retorcidas como sus babas. Lo dejo por aquí mismo, para que no tengan más armas que su odio enfermizo, su ojeriza demente y su aberrante mala entraña.

Y Punto.